jueves, 4 de agosto de 2011

Nunca un acierto...

Melocotonero en flor- Van Gogh

Creo que ya sé por qué, o en momentos de qué tipo le puse este "nombre" o esta dirección al blog. Nunca un acierto. Siempre  me lo reprocho.
¡Pero, y sí, che! No le pego una. Ya estoy harta.

Qué difícil que es NO cagarla siempre con alguien. Cómo duele que una persona  no te deje acercarte, levante muros. 
Pero está mal. Yo estoy mal. Tengo que superar esto. Tengo que superarte. Mandarte al carajo, pero en serio. Dejar de hablarte, escucharte, contestarte. Y ahora que lo has dicho, que el problema es "conmigo", entonces ¡listo, bolú! ¡Ya está, hermano! No existas para mí, no existo para vos, y fuimos. No somos amigos, no me necesitas, no te importo, FUE. Dejá de seguir haciéndome mierda, de tratarme mal. ¿Ganas algo con eso?
Yo tendría que dejar de pensar en  boludos, alejarme de los pensamientos, de las cosas que me hacen mal, empezar a preocuparme por mí y por mejorar.

Y, ¡MIERDA! Bien que me hago la estúpida, pero yo sí sé cómo hacer las cosas, nada más que no le pongo pilas. Yo sí puedo evitar hablarte, yo sí podría estar flaca, o  volver a danzas u ocuparme de teatro sin fallutear, o tener veinticinco de promedio en el cole, o terminar la novela o lo que sea, pero tengo algo, soy una conformista, una "ingánica", como diría mi profesora. Me gusta estar mal, me auto- torturo, y eso no está bien. Me hago mierda y basta escucharme dos horas para darse cuenta. No me quiero, no me respeto,  y tengo que empezar a cambiar...  porque así, ¿a dónde llego? ¿de qué me sirve?

¿De qué me sirve a ver aprendido cuándo van las tildes o las haches intermedias, si no me atrevo a escribir nada? Si todo lo que hago lo dejo a medias o lo borro. De nada, che. ¡De nada! Aún cuando yo sé que tengo potencial, que yo podría, ¡me pongo límites!

Tendría que ser como Ema Quinteros y decir: "Los límites no existen. Es más: ¡yo no existo!"

Como Anabela. Anabela dice: "todo es un sueño", hasta que ella misma se vuelve un sueño. Anabela es libre porque ella cree  en esas palabras. Porque ella tiene sonrisa saturnina, y ella es un personaje. 
Dios. 

lunes, 1 de agosto de 2011

Desvarío I

La musa se apaga como luciérnaga moribunda y se aburre 
conmigo.
La musa se apaga como luciérnaga moribunda y se aburre conmigo. 
La musa se apaga
como luciérnaga moribunda y se aburre
conmigo.
La musa se apaga como luciérnaga moribunda 
y se aburre conmigo.


¿Será, acaso, que se me han acabado las palabras que te esculpen? ¿Que ya no me queda el acuarela que pinta tus voces, la ilusión que te busca? 


Si me dejas, solamente si me dejas, puedo ser tu títere de nuevo.
Caer desde tus brazos hasta el edén  de los mil llantos.  
Moverme desde las lianas de tus dedos, hasta ahogarme en los confines de la oscuridad, donde te encuentro en cualquier abismo; donde cualquier pena sos vos, y no hay nada que me ilumine  más que mirarte 
espléndido de lunas y torpezas
hermoso de cales y arenas
de poemas y papeles seniles
que se amontonan todos juntos a llorar.


¿Sabes? Nunca voy a tener el valor de escupirte el corazón a la cara, ni de ponerte en frente los versos en los que te he cifrado...
pero daría lo que fuera por cinco minutos de hablarnos frente a frente, sin monstruos ni santos de por medio,
hablarnos, y ahogarnos en los ecos de nuestras propias palabras y que no haya más que nosotros...


Hundirme en ese ciclón infinito de todo lo que fuiste y fui por vos, y  saltar eximia y volcánica, y caer de nuevo en los papeles en los que reposa tu imagen...incinerarlos, y ser nueva poesía...develar el misterio que has sido todo este tiempo para mí, con mi incapacidad para entenderte, y tu desgano de que te entiendan.


Creo que  por todo lo que te hice literatura, me merezco la oportunidad de verte en lo real...  pero quién sabe si en el fondo tengamos algo que decirnos, si hay más que ensoñación en todo esto...